Te ayuda a sentirte mejor cuando puedes expresar como te sientes y liberas tu carga emocional, lo cual supone un ejercicio de catarsis que produce alivio y bienestar.

Te facilita el aprendizaje de estrategias para un adecuado manejo de las situaciones de estrés. Y cuando se ha producido algún trastorno, te ofrecerá un tratamiento basado en la evidencia científica para ayudarte a mejorar y prevenir recaídas.

Te ayuda a tomar conciencia y a cambiar tus creencias desadaptativas, las que aprendiste y te sirvieron para simplificar tu mundo y que ahora te limitan porque no te permiten desarrollar una vida plena.

Te aporta herramientas para manejarte mejor en los conflictos, algo normal en la convivencia con los otros y en no pocas ocasiones necesarios para crecer como personas.

La psicoterapia consigue modificar nuestro cerebro a nivel estructural y funcional. Estas transformaciones se deben a su plasticidad, que es la propiedad por la cual se va moldeando como consecuencia de las nuevas experiencias que tiene el sujeto al aprender nuevos hábitos de conducta, de pensamiento, de gestión emocional, etc.

Estas transformaciones, que antes solo eran medibles a través de la observación, los testimonios de los pacientes y los resultados de los test estandarizados, actualmente pueden verse de forma empírica a través de técnicas de neuroimagen que hacen posible medir de manera objetiva los cambios que se producen en el transcurso de un tratamiento psicológico, y también los que puedan sobrevenir después de la finalización de la terapia. Este avance, a la vez, hace posible el estudio y la identificación de aquellos tratamientos psicológicos que resultan más efectivos para un determinado trastorno.